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CONOCIMIENTO A TU ALCANCE

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16 agosto, 2022 Divulgación Científica

Ya sabemos por tanta difusión en los medios que el Covid-19 es una enfermedad principalmente respiratoria causada por un virus, el SARS-CoV-2, perteneciente a una familia de coronavirus que se caracterizan por su forma de coronas en la membrana. Lo que aún falta por difundir son algunos aspectos moleculares que le dan a este virus ciertas propiedades para cambiar y adaptarse. Tal conocimiento ayudaría más fácilmente y rápidamente a la erradicación y/o control de este agente altamente infeccioso.
En la Fundación InnovaGen, aportamos desde diferentes aspectos al bienestar y la salud de la población caucana. Uno de esos espacios es la divulgación de conocimiento especializado como las revistas científicas. Precisamente, hemos logrado publicar un artículo de Revisión (Review) de libre acceso sobre los aspectos moleculares y evolutivos del SARS-CoV-2 en la prestigiosa revista Global Health, Epidamiology & Genomics (Cambridge University Press, UK). Y ahora queremos no solo compartirlo sino simplificarlo a todas las audiencias.

1. Aspecto Evolutivo

El primero de los aspectos que se debe entender es que los virus tienen un material genético que les permite replicarse (es decir, copiarse muchas veces). En su proceso natural, los virus carecen de la maquinaria celular para construir sus partes y ensamblarse, por ello usan un hospedero que son las células que infectan. Al hacerlo, la célula infectada deja de cumplir sus funciones normales para dedicarse casi totalmente a copiar el virus. Esta estrategia esta codificada en el material genético del virus que la célula infectada acepta y cumple. Después de un tiempo (a veces horas, días, meses, años según el tipo de virus) las células terminan colapsando y muriendo para liberar el resultado de su arduo trabajo de copias.

Pero hasta las bacterias tienen mecanismos para defenderse de infecciones, los humanos tenemos varios: el sistema de reparación de ADN el sistema inmunológico innato y el adapatativo. ¿Entonces será que no son eficientes? La respuesta es que nuestro sistema inmunológico es MUY eficiente, el problema es que los virus tienen una capacidad de cambio más rápida que la de nuestro sistema inmune para reconocerlo.

Aquí de nuevo entra el material genético y como diminutos cambios en el ADN o ARN (según el tipo de virus) van generando cambios a nivel morfológico (es decir, estructural). Si son las estructuras las que nuestro sistema inmunológico detecta, al cambiar estas estructuras a nuestro sistema le toca empezar de nuevo desarrollando y produciendo nuevos anticuerpos.

2. Todo cambia, excepto el cambio

El filosofo griego Heráclito, propuso que en la vida y la naturaleza todo cambia, y lo único que permanece inmutable es el cambio en si. En biología, Darwin ayudo a explicar cómo este cambio constante de los seres vivos se da, se mantiene y se diversifica en nuevas formas de vida. También logro explicar como a través de las interacciones de estos cambios con su entorno (medio ambiente y selección natural) los hacían ser más abundantes o incluso desaparecer.

Cuando hablamos a nivel de acidos nucleicos como ADN o ARN, estos cambios se llaman “Mutaciones”. Estas mutaciones alteran el orden o el código (las instrucciones) y generan cambios en las estructuras que en nuestro caso son las del virus. La mayoría de los cambios desestabilizan las estructura, otra gran proporción de esos cambios no alteran las estructura y no generan cambios estructurales. Estas mutaciones se conocen como “sinónimas” porque el significado cifrado es el mismo. Finalmente, están los cambios que si le sirven al virus para ser mas eficiente en su labor viral (infectar, enfermar, evadir la respuesta inmune, transmitirse por diferentes vías, resistir tratamientos, esconderse y no ser detectado, ser letal, etc…).

Las noticias nos inundan con información sobre nuevas variantes, a veces más patógenas o mas infecciosas, o mas resistentes y esto se debe a que ciertas combinaciones de cambios en el ADN o ARN le han dado esas propiedades al virus. Esto se conoce como caracteres adaptativos. En los humanos, los cambios pueden venir de 4 fuentes: Las mutaciones, las migraciones, la deriva génica y la selección natural. En los virus, solo existen dos fuentes: 1) las mutaciones, que por cierto son muchísimo mas frecuentes en los virus y 2) la tasa de replicación, es decir, que tan rápido un virus logra copiarse y con que eficiencia (resultado de velocidad y número de copias hechas).

El resultado de muchas copias puede inducir errores en la copia y con ello mutaciones que sumadas a otras mutaciones resultan en valor adaptativo del virus. A veces, con muy poca probabilidad pero aun siendo posible se dan cambios que hacen a los virus como verdaderamente peligrosos, como su primo el MERS que tiene una tasa de mortalidad del 34% (1 de cada 3 personas mueren) o como la viruela del siglo pasado que tenia una mortalidad de más del >60% y mato más de 350 millones de personas en todo el mundo hace más de 100 años.

3. El efecto cultural en la epidemiología

Es extremadamente interesante como las costumbres, estilos de vida y hasta caracteres personales de una sola persona modelan la biología con consecuencias fatales. Una mala decisión política (por arrogancia e ignorancia) puede convertir un país en foco de infección como sucedió con Estados Unidos y su presidente (Trump) que decía que la gripa era mas peligrosa y lleva solo en ese país mas de 1 millón de muertos, o Brasil cuyas decisiones políticas (y similarmente arrogantes e ignorantes de sus líderes) suman 32 millones de infectados y mas de 666.000 muertos en ese país.

Si aun los países desarrollados tienen problema para educar a la población y controlar la epidemia, en Suramérica, que tiene serios problemas sociales, políticos, económicos, de infraestructura y comunicaciones los retos son aún mayores. Y es que precisamente, ese desorden, ignorancia, desobediencia civil, rebeldía, mediocridad y corrupción generalizada de nuestra población fueron las que llevaron a que el virus aprovechara ese caos para generar diversidad resultando en variantes con valor adaptativo.

4. Conclusión

Suramérica que representa menos del 5% de la población mundial llego a tener en algún momento (específicamente entre la segunda y tercera ola de contagios) el 32% de las personas infectadas en el mundo, es decir que 1 de cada 3 personas en el mundo era de Suramérica. La vigilancia genómica y monitoreo epidemiológico como se llama al proceso de ir viendo en tiempo real los cambios genéticos del virus tenían un atraso promedio de 20 días en Europa mientras que para países como Venezuela, Bolivia y Uruguay sobrepasa los 8 meses. Esto creo un vacio de informacion ya que, además del desorden cultural, no hay herramientas, personal e infraestructura ni controles o información basada en ciencia para hacerle seguimiento a los cambios del virus.


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21 diciembre, 2021 Divulgación Científica

Ya nos empiezan a parecer rutinarias, comunes y “normales” los tapabocas en todo el mundo desde el 2020 cuando el SARS-CoV-2, virus causante del Covid19, llego como invitado no deseado. Al principio de la pandemia, recuerdo una gran polémica sobre si efectivamente existía un virus y si de verdad era “tan letal” y si en realidad los tapabocas podían contenerlo o ser efectivos.

Ya sabemos que el virus realmente existe, conocemos su genoma y los genomas de las variantes emergentes y hemos logrado un mejor entendimiento de la epidemiología de este virus, sin embargo, aún es muy limitada y poco conocida la información sobre la eficacia del tapabocas.

Este es un resumen, de lo que sabemos hasta ahora, sobre cómo se transmite el virus a través del aire y la eficiencia de los tapabocas para contener no solo el SARS-CoV-2 sino cualquier otro tipo de virus, especialmente aquellos que afectan el sistema respiratorio.

Un poco de contexto

El aire que sale de nuestro cuerpo, ya sea por respiración, al hablar, toser o estornudar tanto por la boca como por la nariz, esta cargado de fluido respiratorio que se desprende de nuestros órganos respiratorios (pulmones, bronquios, garganta, fosas nasales, etc) por la fuerza mecánica del aire con las membranas de nuestros tejidos. Estas fuerzas forman gotas diminutas, invisibles que se disipan en el aire.

Algunas actividades enérgicas como cantar y toser generan no solo una mayor cantidad de gotitas sino también una mayor velocidad y volumen de dispersión de esas gotas en el ambiente. Estornudar, una actividad inmunológicamente brusca y mecánica para expulsar material foráneo lo hará con mayor volumen y velocidad, generando mayor área de dispersión.

La mayoría de esas gotas diminutas tienen menos de 5 micrones (un micrón es una milésima de milímetro) y les llamamos aerosoles. Cualquier cosa mas grande se llamará gota y por su masa tienden a caer mucho más rápido que los aerosoles que, por el contrario, son capaces de mantenerse hasta horas en suspensión según la calidad del aire (temperatura, presión, humedad, etc).

En el ultimo año y medio, desde la pandemia, el virus de SARS-CoV-2 se ha detectado en diversas fuentes de aire entre las cuales se destacan por obvias razones el aire en los hospitales. En recientes estudios de aire exhalado donde se analiza con pruebas de PCR la detección del ARN viral, se encontraron copias de ARN viral que van desde las 10 hasta las 100mil copias por metro cubico de aire.

Los infectados: la mayor fuente

Los estudios epidemiológicos han demostrado que la carga viral es independiente a la sintomatología de la enfermedad, es decir, cargas virales bajas pueden verse en personas asintomáticas como en personas criticas. De igual forma, existen asintomáticos y pacientes en UCI con alta carga viral.

Asi las cosas, es fácil entender que en cada partícula de aerosol de un micrón pueden haber algunas pocas copias del virus (decenas), pero en gotas de 100 micrones, perfectamente podrían haber miles de copias del virus. De esta forma, cualquier respiro, palabra o estornudo podría contener entre miles a millones de aerosoles y gotas de diversos tamaños.

Por física, sabemos que una vez las gotas salen del cuerpo (calientes) se exponen al aire seco del ambiente y el fluido se evaporará con mayor rapidez de las gotas mas grandes y las convertirá en aerosoles. La cantidad de virus permanece igual, pero ahora mas concentradas en aerosoles mas pequeños y livianos que a su vez. Esto significa un mayor tiempo de suspensión en el aire (por varias horas) y representa un alto riesgo de infección.

El riesgo de los ambientes interiores

Sabemos que en una habitación determinada la cantidad de virus que una persona inhala es directamente proporcional a la cantidad de virus que una persona infectada emite al aire. En términos simples, cuanto más virus se exhale en una habitación, más personas en la habitación lo inhalarán.

Ahora bien, el verdadero riesgo de infección reside en muchas variables como por ejemplo: 1) la carga viral del enfermo, entre mayor carga viral más partículas se desprenderán del tejido. 2) la proximidad de la persona expuesta al paciente enfermo. Tanto en distancia como en tiempo el riesgo será proporcional si el tiempo es mayor y la distancia menor. 3) El tamaño y la circulación de aire en el espacio. Un ambiente pequeño y con baja ventilación o circulación del mismo aire aumenta significativamente el riesgo.

Sabiendo que en cada exhalación se emiten partículas al ambiente, un ambiente cerrado solo ira acumulando de manera aditiva las partículas virales. Si combinamos al menos los 3 factores descritos anteriormente, sin lugar a dudas entrará en contacto con el virus, lo respirará y con alta probabilidad podrá quedar infectado.

Tapabocas en ambientes cerrados
Usar tapabocas en ambientes cerrados ayuda a prevenir infecciones

¡Los tapabocas SI sirven!

Es extremadamente difícil poder medir o cuantificar con precisión la eficiencia de los tapabocas en la población ya que hay muchas variables a considerar como la carga viral, los flujos de aire en un ambiente, los materiales texturas y porosidades de los tapabocas entre muchas otras o la fuerza con la que las personas hablan, cantan, gritan, tosen o estornudan además del tiempo que pasan en esa actividad.

El correcto uso del tapaboca tiene un impacto proporcional a la carga viral de la persona infectada. Si la carga viral es baja quizás no es suficiente para infectar a otros y el tapabocas solo disminuiría poco esa baja probabilidad. Por el contrario. Si la carga viral es alta, la retención de partículas aerosoles podría ser mucho mayor con tapabocas estándar (>50%) y con los de tipo N95 (>70%). Si agregado a eso tanto el infectado como el visitante usan tapabocas podría ser mucho más efectiva la protección.

De esta forma, aunque sea difícil de cuantificar, cualquier gota o aerosol retenido por el tapabocas es ganancia y prevención de la infección y por ende de la distribución del virus en la población. Es por ello que el correcto uso del tapabocas, la vacunación, el distanciamiento social y la buena y frecuente higiene son herramientas fundamentales para controlar la infección.

Ahora que se descubren y surgen nuevas variantes el uso de estas estrategias preventivas tiene mayor relevancia y menos se debe bajar la guardia ya que en la medida que las olas de infección multiplique por billones las copias virales aumenta también la probabilidad de nuevas variantes que puedan ser mas virulentas.

Pablo A. Ortíz P. es doctor en Biología Molecular, postdoctor en Bioinformática e Investigador en la Fundación InnovaGen.


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